25 Sep LA OMI ES MUY AMBIGUA
EN SUS RECOMENDACIONES SOBRE LA COVID-19, LA OMI ES MUY AMBIGUA: APENAS HACE REFERENCIA AL SECTOR PESQUERO, CENTRÁNDOSE MÁS EN EL TRANSPORTE MARÍTIMO
España, que forma parte del organismo, debe exigir a la OMI mayor claridad
Ignorar el Convenio STCW-F interesa a los poderes fácticos para relajar el control sobre la actividad
El hecho de que la Organización Marítima Internacional (OMI) emita con cierta regularidad circulares ambiguas en relación con la COVID-19, puesto que en su gran mayoría van dirigidos a las empresas y trabajadores del transporte marítimo y escasamente al sector pesquero, revela que la pesca es una actividad marginal en lo que respecta a la calidad del trabajo de sus tripulaciones.
La OMI dispone de dos convenios, de los que España forma parte: el STCW-95, que afecta a los buques mercantes, y el STCW-F, para el ámbito pesquero. El despliegue que realiza la OMI focaliza todo su esfuerzo en el primero de los Convenios, como si los tripulantes del transporte marítimo fuesen “de primera” en relación a los de la pesca, cuando el porcentaje de gente de mar en la pesca en nuestro país supone el 80% de la población marítima.
Y los protocolos de salud en el mar deberían afectar por igual a toda la población embarcada, en orden a facilitar los relevos, organizar los recursos o controlar preventiva o activamente cualquier brote del virus.
Aunque la crítica está principalmente referida a la OMI, los estados miembros, entre ellos España y fundamentalmente la UE, tienen también una gran responsabilidad, pues ni reclaman atención a la flota pesquera, ni organizan protocolos paralelos. En nuestro país, la vigencia del STCW-F pasa prácticamente desapercibida debido al poder fáctico de los grupos económicos que manejan la actividad pesquera, a quienes más les conviene un sector desregularizado y caótico.
Una muestra fehaciente de este estado de cosas es el Real Decreto 449/2020 de 10 de marzo, que modifica un Real Decreto anterior en el que se regulan los títulos profesionales del sector pesquero, con el fin de modernizar sus requisitos y efectos. Esta normativa reformada ofrece el mando de un gran número de buques pesqueros a personas sin la formación y los requisitos necesarios, con titulaciones no regladas precisamente por los requisitos formativos que marcan estos Convenios Internacionales. Prueba contundente de todo esto es que la UE ha asumido como propio y controla a los Estados Miembros para que cumplan el Convenio STCW-95 que afecta a buques de transporte marítimo, mientras que el STCW-F, que afecta a los pesqueros, no tiene el mismo trato y compromiso político para la UE.
Un sector que empieza ya a pedir “titulaciones a la carta” para necesidades concretas, alejadas de todo rigor curricular y fraudulentas en relación a los criterios de la enseñanza marítimo pesquera regulada por las autoridades educativas, poniendo de esta forma en riesgo la seguridad marítima.
AETINAPE