MILES DE MARINEROS NO PODRAN VOTAR POR LOS ATRANCOS DE LA LEY ELECTORAL

MILES DE MARINEROS NO PODRAN VOTAR POR LOS ATRANCOS DE LA LEY ELECTORAL

Los embarcados durante largas estadías sólo tienen como recurso el voto por correo, un procedimiento prácticamente imposible de aplicar en estos casos por su complejidad. La reforma de la ley electoral para facilitar el sufragio de los embarcados continúa en un cajón 30 años después.

Por Europa Press / Redacción | SANTIAGO DE COMPOSTELA | 20/04/2019 |

La promesa de reformar la ley electoral para facilitar el voto a los marineros de la flota de altura y mercante permanece en un cajón desde hace más de treinta años a pesar de las promesas de los diferentes gobiernos que pasaron por la Moncloa.

Las personas que navegan durante largas estadías de hasta siete meses en alta mar sólo pueden emitir su sufragio mediante el voto por correo, un recurso que no se adapta al sector. «Es un total desconocimiento de la realidad del mar», denuncia el presidente de la Asociación Española de Titulados Náutico-Pesqueros (AETINAPE) José Manuel Muñiz.

La Loreg establece un sistema «complejo» para que los embarcados de larga duración puedan emitir su sufragio. Para hacerlo, deben solicitar por radiotelegrafía un certificado de inscripción en el censo a la junta provincial a la que pertenece la localidad en la que están empadronados. Esta oficina es la encargada de enviar la documentación necesaria para emitir el voto por correo.

El solicitante debe precisar la fecha y el  puerto en el que tomará tierra, donde será remitida la documentación. En el  caso de que no se pueda acercar a tierra, la ley recoge la posibilidad de que una embarcación con la que tiene previsto encontrarse en alta mar le acerque los papeles. Para eso, el marinero debe especificar el armador, consignatario o buque que recogerá en tierra los documentos.

Una vez completado este paso y con la documentación en mano, el embarcado sólo podrá emitir su voto en el caso de que el buque tome tierra para así proceder al envío de su papeleta, que deberá llegar dentro del plazo que establece la ley electoral –24 de abril, en esta convocatoria– para que pueda ser tenido en cuenta.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en las elecciones generales de diciembre de 2015 sólo siete embarcados en toda España solicitaron el voto por correo, tres de ellos en la provincia de A Coruña. Medio año después, en la repetición de los comicios a las Cortes celebrados en junio de 2016, el número se elevó en el conjunto estatal a 21, dos de ellos en la provincia de A Coruña y otros dos en Pontevedra.

  FALTA DE «VOLUNTAD POLÍTICA»

El voto por correo como única vía para votar «puede servir para una persona con una  residencia en un domicilio fijo; para los marineros, no». Así de tajante se muestra Manuel Muñiz, que denuncia que la falta de alternativas supone «privar» a este colectivo de su «derecho constitucional a elegir a sus representantes».

La reforma de la ley electoral para facilitar el voto de los marinos mercantes y los que faenan en alta mar es, desde hace más de tres décadas, uno de los caballos de batalla de Aetinape, que ve «falta de voluntad política» para afrontar los cambios que permitan «acabar con esta discriminación histórica hacia un colectivo que ya tiene de por si unas condiciones de vida duras», marcadas por el «aislamiento familiar y social» que implica permanecer embarcado durante meses.

«Llegué a la conclusión de que, al ser sólo  unas 10.000 personas que no pueden mover mayorías, no hay interés por que puedan votar», asevera Manuel Muñiz. «Si fuésemos 10 millones como los jubilados, habrían cambiado la ley hace mucho tiempo», apostilla el presidente de la asociación.

Muñiz recuerda que la normativa que rige los procesos electorales fue modificada para que los militares en misión fuera del territorio español pudiesen votar y protesta ante el que considera un «agravio» hacia el colectivo del mar.

Aetinape pone sobre la mesa dos soluciones para que las personas embarcadas puedan votar: el desarrollo de un voto telemático a través de Internet o la constitución de una mesa electoral en el buque que, una vez emitidos los sufragios, se encargaría de enviarlos a la circunscripción a la que pertenece cada elector.

«Ningún partido, nunca en 35 años, nos dijo que esto es desatinado o inviable desde el punto de vista jurídico», incide Manuel Muñiz, que recuerda que en el año 2001 el Congreso de los Diputados debatió tres proposiciones no de ley sobre la inclusión de mecanismos en la ley electoral para atender a la demanda de los embarcados de larga duración.

Mientras tanto, 18 años después, la reforma de la Loreg permanece en un cajón y la noche del próximo domingo 28 de abril miles de marineros seguirán desde sus barcos, navegando a centenares de quilómetros de sus hogares, el resultado de otras elecciones generales en las que la inmensa mayoría no participaron.