VERGÜENZA TOTAL

VERGÜENZA TOTAL

Este es el espectáculo de algunos gobiernos que viven de engañar a la sociedad. Ahora salen a buscar titulados en las Escuelas, claro está, con el apoyo del dinero fácil que viene de Europa, que se malgasta en estas bobadas. Después nos quejamos si no quieren contribuir.

Todas las Escuelas Náutico Pesqueras están llenas de alumnos y alumnas, pero no se interesan por determinadas flotas, porque el trabajo que ofrecen es simplemente paupérrimo, y en la Xunta lo saben de sobra.

Hay empresas que no tienen ningún problema en conseguir tripulantes, ya que tienen barcos en condiciones dignas y a los tripulantes en buenas condiciones sociolaborales. Pero otras tienen que apoyarse en estas argucias para justificar su existencia y sobre todo, para seguir practicando el dumping social con el argumento de que los jóvenes “no quieren” ir a la pesca.

Muchas de las personas que trabajan en estas campañas y que son del entorno de las administraciones públicas viven en pueblos del litoral. Alguien preguntó una vez en alto cuántas de ellas y de su entorno familiar estuvieron alguna vez enrolados en buques de pesca. Quien más quien menos, sonrojado, miró para otro lado. Nadie respondió.

Estos mismos vividores de la pesca son quienes promueven la incorporación de personas sin la titulación suficiente para ocupar determinadas competencias profesionales sin la formación necesaria, todo ello porque quieren mano de obra cautiva, que sólo pueda servir en esos puestos. Con el tiempo lo lamentaremos. Para justificar la tropelía de una parte del Real Decreto por el que se modifica la normativa vigente sobre la regulación de los títulos profesionales del sector pesquero, algunos funcionarios y armadores argumentaron que aunque las escuelas estaban llenas, los titulados huyen de la pesca y se escapan para Marina Mercante, Salvamento Marítimo, remolcadores, Función Pública,etc.

Incluso llegaron a promover encuestas entre los alumnos de las escuelas y como la mayoría valoraban negativamente las condiciones del trabajo en la pesca, por ese motivo impulsaron una titulación cautiva con atribuciones profesionales que no corresponden con su nivel de formación. Este comportamiento demuestra cual es el concepto del respeto a la Constitución, a la libertad de las personas de trabajar donde puedan y consideren que deben hacerlo. La libertad de decidir donde trabajar una vez que uno tiene la formación correspondiente es incuestionable.

Además, llegamos a un punto en que tenemos más burócratas gubernamentales y paragubernamentales viviendo del sector marítimo pesquero, que tripulantes españoles enrolados, y eso resulta socialmente insano y hasta perverso.

Los estudiantes náutico pesqueros- a los que el Gobierno todavía no ha reconocido ni regulado la figura del alumno en prácticas, dificultando de esta manera su acceso al título profesional- son personas dignas y saben lo que hacen. No van a dejarse llevar por campañas promocionales que no tienen nada detrás. ¿Alguien en su sano juicio se cree que va a embarcarse simplemente porque puede conectarse a Internet? ¿Qué falta de respeto es esa? Ofrezcan condiciones laborales dignas, barcos decentes, períodos de descanso atractivos y salarios a la altura del riesgo y la habilidad que requiere el mar. Mientras, dejen de gastar dinero público inútilmente en chiringuitos estúpidos.